Empate y gracias.

Eurocopa 2012.
Grupo C. Jornada 1.
España 1. (Cesc, min. 64´).
Italia 1. (Di Natale, min. 60´).

Prandelli desnuda a Del Bosque con un planteamiento atrevido y enseña las carencias tácticas de un seleccionador sobrepasado por los acontecimientos. España jugó sin un delantero centro durante 70 minutos y fue víctima de su sistema. El empate, justo. Si quieren encontrar un culpable, no lo duden. Fernando Torres es el elegido... Como siempre que van mal las cosas.

Desconozco si los jugadores de Inter y Milan se hablan, si los de la Juve son el núcleo duro de la selección, si el 80 % de la afición culpa a su delantero centro de estar "mas sonao que las maracas de Machín", si ponen en entredicho la convocatoria de un futbolista que apenas ha jugado en todo el año por ser operado de una dolencia cardiaca, pero lo que si sé es que tienen un técnico que anoche zarandeó, tácticamente, a Vicente Del Bosque.

La falta de referencia de un delantero centro (llamemosle como queramos) convirtió a España en un equipo plano que se ahogaba en un mar de piernas italianas cuando llegaba al área "azurri". De Rossi, central improvisado, tuvo uno de los partidos mas plácidos de su carrera. Pirlo, tan temido por Del Bosque que hizo cambiar el plan previsto, campó a sus anchas en el medio del campo transalpino y arriba, Cassano y Balotelli tuvieron a la defensa española al borde del panico una y otra vez. Pero quien de verdad hizo daño fue Di Natale. En esta mierda de país (futbolísticamente hablando) se tiene la costumbre de menospreciar cualquier cosa. Ayer, un delantero de Europa League (esa competición que muchos desprecian) puso en evidencia a toda una selección de Champions League en el primer balón que tocó. Así, como suena.

70 minutos después del pitido inicial, el seleccionador se dio cuenta que estaba haciendo el ridículo mas espantoso y metió en el campo a un delantero centro. En ese momento daba igual el nombre, pero Del Bosque eligió a Fernando José Torres Sanz. Podría haber elegido a Negredo o a Llorente, pero eligió, repito, a Fernando José Torres Sanz. En ese momento, muchos creyeron en la victoria, otros creímos que desde ese instante se iba a desatar una cadena de descalificaciones hacia el 9 del Chelsea. No nos equivocamos. 2 ocasiones marradas eran el caldo de cultivo perfecto para atizar a Torres. Podríamos haber culpado del empate (ojo, empate en el grupo de clasificación ante una cuádruple campeona del mundo) a Arbeloa que demostró ser un inútil incompetente. O a esa extraña manía de Sergio Ramos de creerse Beckenbauer de vez en cuando. O, incluso, de culpar a Cesc por tener una velocidad punta de -25 Kms/h. Pero no. La culpa de todo la tiene Fernando José Torres Sanz. ¿Su delito? Principalmente dos. El primero declararse abiertamente aficionado del Atlético de Madrid, en un país en el que solo vale la "bipolaridad futbolística". El segundo, haber marcado el gol que cambió la historia de la selección de fútbol. Evidentemente, no vamos a negar que de haber marcado una de las dos que tuvo, todo sería distinto, pero ya da igual. Torres es el culpable de lo que le pase a España, como en su día fue Luis Aragonés. Hoy, todos los que callan y no critican el planteamiento de Del Bosque demuestran ser unas mierdas de personas. Basura humana. Que se pudran.

Son muchos años de ver fútbol, muchos. Y a mi ya pocos me pueden engañar. Clemente fue machacado por "limpiar" a la "Quinta del Buitre" y Luis Aragonés fue el oncólogo que extirpó el cancer que tenia la Selección llamado Raúl González Blanco. Nunca se lo perdonaron. Es cierto que suena duro, pero es una realidad. Raúl era una rémora en ese vestuario y cuando Luis lo largó, todo cambio para bien.

Hay quien preferirá los tiempos del "me lo merezco" o de los penaltis lanzados al limbo en cuartos ante Francia. Aquella época a muchos, aun perdiendo en cuartos de final, les sabe a gloria porque estaban y mandaban los de siempre. Desde 2006 eso cambió. Las cosas se hicieron como se debían hacer. Y a quien no le guste, que se arañe la cara...